Tag Archives: food

Lavender Hill

30 Ene

Sé que muchos estábais esperando este momento. Ha llegado la etapa Farmville y por fin me he calzado las chirucas!

Como algunos ya sabíais, teníamos en mente hacer algunas estancias en granjas y hoteles rurales para «trabajar» a cambio de alojamiento y comida. Es una forma de ahorrar dinerito, de disfrutar de experiencias nuevas y de entrar en contacto gente del país. Gracias a Help Exchange hemos empezado esta nueva fase del viaje, de momento con un balance más que positivo.

Durante esta semana hemos estado en el Lavender Hill, un precioso Bed&Breakfast a 30 minutitos al norte de Auckland. En él, además, cultivan limoneros, lavanda, romero y olivos.

Rincones del Lavender Hill

Esta semana hemos aprendido a cosechar lavanda, a destilarla y a hacer aceites esenciales con ella. Según nos dice Tricia (nuestra anfitriona) el aceite de lavanda va bien para todo.

También hemos aprendido que el pastel de chocolate sólo sabe a chocolate si no le echas nada más, aunque no por ello es aburrido. Que las chirucas son comodísimas pero imposibles de dignificar. Que un perro puede ser obeso aunque se pase el día persiguiendo piñas. Que está feo discriminar a las «malas hierbas», porque seguro que no son tan malas.

Y sobre todo, sobre todo, hemos aprendido que trabajar en el campo no es tan duro si luego puedes meterte en un jacuzzi climatizado.

36º

Yo de mayor quiero ser granjera.

¡Que viva el campo!

Cook Islands (IV)

19 Dic

El día 10 volvimos a Rarotonga, donde nos reencontramos con nuestra querida Nana. La habíamos echado mucho de menos en Aitutaki!

Así que el sábado por la mañana nos fuimos (como es de recibo) al Market a comprar todo lo necesario para la noche gastronómica multicultural: Tortilla + Croquetas + Sushi + Udon.

Cena hispano-japonesa en Rarotonga

Estaba todo buenísimo, aunque lo mejor fue ver como uno de los invitados echaba salsa de soja en las croquetas. Llevó la fusión culinaria un paso más allá. O no se enteró de nada, no os sabría decir.

Después de la cena nos acercamos al Auditorium, donde se celebraba la final del Raro Idol. O sea, el Factor X en versión Rarotongana. El tema estaba entre un chavalín por el que todas las teens se deshacían o una mujer inmensa que cantaba la leche de bien. Muy friki el plan. Evidentemente ganó el chavalín. La fuerza de los SMS adolescentes ha llegado al paraíso.

Ganador y finalinsta del Raro Idol 2010

Y como estábamos con ganas de fiesta, cuando acabó nos fuimos a la «town» a tomar algo. Primera parada, el ya conocido Whatever Bar. Segunda parada, Rehab (el único «club» -2$ la entrada- de la isla). Tercera parada? Casita, porque era sábado y a las 12 chapan todo!! La música era una tortura (sobredosis de Rihanas y otras petardas), pero lo dimos todo contagiadas por la energía de la gente. Todo el mundo iba disfrazado, porque estaban de cenas navideñas de empresa. Todo un espectáculo!

Las 3 Marías

El domingo repetimos iglesa. ¿Os lo podéis creer? jajajajaja Llevo 3 iglesias en un mes! Quién me lo iba a decir. Esta vez no fuimos a la tradicional, sino a la católica, por aquello de comparar. La de la semana pasada era más auténtica, esta se parecía mas al concepto de iglesia que tenemos nosotros. También cantaban mucho, pero canciones más «modernas» (todo lo moderna que pueda ser una canción de misa). Lo que nos flipó fue que lo tenían montado en plan Karaoke. Cada vez que tocaba cantar, encendían una máquina de transparencias -sí, todavía existen- y proyectaban la letra en la pared. Un inventazo, vamos.

Por la tarde fuimos con nuestra Nana a a hacer Snorkel a la Aro’a Beach, que es la mejor para ello en Rarotonga. Y esta vez no tenía sorpresa dentro del tubo :). Aunque el fondo no es tan impresionante como en Aitutaki, telita lo que se puede llegar a ver a escasos metros de la costa. Hasta un par de morenas (una tenia muy mala leche)!! 100% recomendable.

El día siguiente fue muy tranquilo, ya que la mayor parte se la pasó lloviendo. Así que nos pusimos de nuevo en plan marujil y aprendimos a hacer sushi. Y como a cocinillas no nos gana nadie, nos pusimos a innovar haciendo rollos de Peanutt Butter y fruta. Palabras textuales de Nana (la experta): ¡Delicioso!

Sushi!

El día 14 fue el día de las despedidas.

Por la mañana fuimos a decirle adiós a la playa de Muri. yo crucé hasta uno de los Motus de delante, el Motupapu. Como ya os comenté, llegara  esos islotes es muy facil, se puede hacer andando por el agua en unos 10 o 15 minutos, y no cubre más de un metro. Además el Motupapu parece ser un lugar mágico, al que ellos se refieren como Power Spot, que te carga de energía. Yo no noté nada especial, pa que nos vamos a engañar, pero me dijeron que daba lo mismo, que la energía del Motupapu estaba dentro de mi. Pues muy bien, oye.  Que un poco de energía extra nunca viene mal!

Por la tarde nos fuimos a despedir de un precioso árbol que nos enamoró durante todo el viaje.

Flame Tree

Después nos tuvimos que despedir de nuestra scooter, que fue nuestra más-mejor-amiga durante todo el tiempo que pasamos en Rarotonga (aunque también nos dio algún que otro susto porque no se llevaba muy bien con la gravilla del suelo, y le daba por conducir por el lado contrario).

También nos tuvimos que despedir de Mama Kafo, Papa Pa y Vivienne. Nuestra familia Rarotongana, que tan bien se portó con nosotras durante todo el tiempo. Nos regalaron un collar de conchas, como manda la tradición, y nos desearon mucha suerte en nuestro viaje. Nos acordaremos mucho de ellos.

Tambien nos bebimos nuestro último coco. De esto también nos vamos a acordar! Qué cosa más buena.

Last Coconut

Y lo más dificil de todo, nos despedimos de Nana.

Nana, we love you. Hope to see you again, I don’t mind when or where. I’m sure we will eat peanut butter sushi toghether, and sing Alaska songs in a karaoke with you some day. We will miss you a lot. Here our Christmas Present, specially for our favourite bigotuda hahahaha:

Bigotudas

De las Islas Cook nos despedimos con una extraña mezcla de sensaciones:

Tristeza porque sabemos que será dificil volver. Alegría por haber aprendido muchas cosas y conocido a gente maravillosa. Satisfacción por haber cumplido un mes de viaje en el paraíso. Añoranza porque ya llevamos un mes lejos de los nuestros, y aquí están inmersos en el espíritu navideño. Emoción por llegar a nuestro próximo destino: Nueva Zelanda.

E NO’O RA, COOK ISLANDS!

Cook Islands (II)

17 Dic

Saltando en Muri Beach

Lo que veis en la foto, a parte de mi, es la Muri Beach, con su Muri Lagoon. Es la playa más bonita de Rarotonga. La verdad, es espectacular. A poca distancia de la costa tiene unos islotes (Motus) a los que se puede llegar andando, ya que el agua no cubre más de 1 metro.

Mi consejo es que si tenéis intencion de visitar Rarotonga, intentéis alojaros en esta zona. Aunque tampoco es imprescindible ya que nosotras estábamos justo en el lado opuesto de la isla, y en nuestro bólido de 2 ruedas tardábamos media horita.

El mismo día que visitamos Muri (viernes 3) tuvimos por la tarde una BBQ con Nana. Lo más flipante de todo fue el Parrot Fish, que es un pez tan azul que parece pintado. Al principio nos daba un poco de cosa, pero resulta que ademas de bonito está riquísimo!

Parrot Fish

Por la noche salimos a tomar algo. No es que haya muchas opciones, creo que en Rarotonga hay 4 bares de noche. Nosotras nos decantamos por el Whatever Bar, y lo que son las cosas, conocíamos al dueño. Un par de días antes nos habíamos parado a pedir indicaciones para volver a casa (aunque la isla solo tiene 2 carreteras somos capaces de perdernos igual jijiji) y casualmente ese señor tan amable era el propietario. Nos reconoció al entrar y le caímos en gracia, así que cerveceo gratis, hell yeah!

Aunque la noche rarotongana no da mucho de si (el viernes cierra todo a las 2, y el sábado a las 12) nosotras nos retiramos pronto porque al día siguiente nos esperaba, de buena mañana, el mega-evento semanal: El Market!!

Lo hacen los sábados por la mañana, aunque la hora no esta muy clara. Cada tendero llega y se va cuando le da la gana (recordemos: Island Time). Allí se pueden encontrar frutas (mmmmm papaya) y verduras, comida preparada y zumos, artesanía de todo tipo… Y por supuesto, Pareos. Nosotras nos hicimos con el nuestro, pintado a mano y rebonico, que pronto se convirtió en nuestro «uniforme» tropical.

El domingo asistimos al otro evento masivo y casi obligatorio (especialmente viviendo bajo la tutela de Mama Kafo): La iglesia. Si. La iglesia. Yo. Fuimos con nuestra «familia» a la iglesia tradicional, donde escuchamos una misa en maorí (ni papa entendí) con sus canciones que parecían sacadas de El Rey León, sus señoras con sombrero, y todo el mundo vestido de blanco por ser el primer domingo del mes.

Holy Sunday

Traditional Church

 

Ese mismo día aprendimos a abrir cocos, así que toda la mañana siguiente nos la pasamos «practicando». Si os portáis bien algún día os enseñaré el vídeo 😛

 

[…continuará…]

I (L) Williamsburg

19 Nov

He vuelto a Williburg!! El barrió en el que algún día viviré 🙂

Tenemos la suerte de: 1) estar dos semanas enteritas en NY, 2) haber ido a saco los primeros días. Así que nos podemos permitir el lujo de volver a diferentes horas a los sitios que más nos han gustado. Y evidentemente, el norte de Brooklyn es uno de esos lugares. Por su tranquilidad, por su ambiente, por sus casas de dos plantas, por sus bicis en las calles. Por sus locales increíbles, por sus tiendas de segunda mano.

Por sus mensajes.

Williboard

Por sus vistas al Empire.

Empire desde Williamsburg

Por sus personajes.

astronauta en bedford str.

No dejéis de visitarlo si tenéis la oportunidad!

Después de comer e intentando digerir las tortitas gigantes de Five Leaves nos hemos plantado en el Brooklyn Bridge, para cruzarlo en pleno anochecer en dirección Manhattan. La pena es que están en obras y tienen medio puente tapado, así que durante un tramo no se podían apreciar las vistas espectaculares desde el puente, pero de la mitad hacia adelante nos hemos desquitado con un shooting que ni en Vogue:

Clásica foto que se tiene que hacer en NY

Y de topicazo a momentazo.
Cruzado el puente nos hemos plantado en metro en el East Village, y hemos vuelto al Beauty Bar. Por recomendaciones varias, el otro día nos plantamos allí, y observamos que, efectivamente, tienen un kit de «cocktail + manicura» por 10 dolares. Y nada, nos hemos liado la manta a la cabeza y hemos tirado la casa por la ventana! Manicura copazo en mano, y con un musicón tremendo para amenizar.

Momento freak donde los haya? Correcto. Pero llevo las uñas estupendas!

Me quedan menos de 72 horas en NY. Me va a dar mucha pena dejar esta ciudad.

Llueve en la Gran Manzana

17 Nov

Pero a nosotras no nos afecta lo más mínimo!

Hay que decir que han caído unas gotas, pero no hemos visto diluvio en ningún momento. Las calles mojadas, eso si, y los perpetuos nubarrones. Aunque estos últimos no sabría decir si son fruto del tiempo o de la polución…

El tema es que, ante la previsión de lluvias, teníamos previsto un plan «a cubierto» que nos permitiera disfrutar como hasta ahora. Así que esta mañana, tras el episodio de «el hombre contra la bestia»  (para más información, ver último párrafo del post anterior), nos hemos plantado en Two Little Red Hens.

Two Little Red Hens

Como véis, es una bakery monísima donde hacen, según el listado que ya os comenté, el mejor Cheesecake de NY. No se si será verdad, pero a mi no se me ocurre cómo mejorarlo. Es denso y espeso, el clásico pastel de queso de NY. Y como Laura no había provado el Red velvet, hemos cogido dos mini-cupcakes porque con lo deliciosos que son no se podía ir sin hacer una cata. Os dejo fotos para que se os haga la boca agua:

Best NY Cheesecake

Mini Red Velvet

Ni Magnolia’s, ni Eleni’s, ni leches: Two Little Red Hens!!

Después de este desayuno/comida, hemos llegado al Metropolitan.

Detalles en el Met

El museo es del mismo tamaño que todo en esta ciudad.Tan grande que es imposible hacerlo en un día, y hay que elegir lo que quieres ver. Nosotras hemos hecho apuestas seguras: Arte Egipcio, Clásico (Griego y Romano), Moderno y Contemporáneo. Y de pasada hemos visto más cosas, claro. Desde recreaciones de hoteles renacentistas hasta una retrospectiva de Miró que tenían por allí…  Porque básicamente, lo tiene todo. Lo más impresionante, para mí, las tumbas y templos egipcios, traídos piedra a piedra, enteritos para los americanos. Que cuando lo ves no sabes si odiarles por llevárselo, o agradecerles por conservarlo…

Hemos salido un poco atorolladas con tanto arte, así que el siguiente museo nos ha venido al dedillo para relajar la mente. Nada más cruzar Central Park nos esperaba el American Museum of Natural History. Este museo es super guay! Planetario, Big Bang, recreaciones de ecosistemas, vida submarina (calamares gigantes incluídos), y como no… LOS DINOSAURIOSSSS!

I (L) DINO

¿A que hacemos buena pareja?

Y al salir, ya oscuro y sin tomarnos ni un triste café desde hacía más de 6 horas, nos hemos ido a hacer una merienda/cena. Cerca del museo, en Columbus Ave, hay una hamburguesería llamada Jackson Hole. Yo había leído que las hamburguesas eran grandes. Pero claramente, no me esperaba esto:

megaburger

 

mama por

Y para mantener mi reputación os digo que me la he trincao ENTERA!!! Y que me siento como una anaconda, así que  me voy a hivernar un rato.

🙂

Día temático nº2: La línea 7

16 Nov

La línea 7 del subway no tiene desperdicio.

Después de la inmersión del día anterior en Harlem, decidimos seguir con la periferia (¡¡Nueva York NO es solo Manhattan!!) y darle una oportunidad a Queens.

Subway 7 va por vías exteriores elevadas, así que te permite ver cómo va cambiando el paisaje según te alejas del centro, y hasta te regala un par de panorámicas del SkyLine impresionantes y las afueras de Manhattan desde una posición privilegiada. Así que, si tomáis ese metro, poneros al lado de la ventana que vale al pena.

La última parada de esta línea es Main St. O lo que es lo mismo, Flushing Chinatown. Eso es un barrio chino de verdad. El de Manhattan es fuerte, pero este es alucinante. TODO son asiáticos. No puedes leer los carteles a no ser que sepas chino. No puedes comprar en las tiendas porque ellos no hablan inglés. Bueno, no en todas partes, pero en la mayoría de sitios es tal cual os lo cuento.

Flushing Chinatown

Como una de las mejores formas de conocer a un grupo de gente es entrar en los supermercados, empezamos a hacer el tour y cada vez que veíamos uno nos metíamos dentro.

Supermercado Chinatown

La conclusión: esta gente come unas cosas rarísimas.

Productos chinorris

Pero como también comen unas cosas buenísimas, no nos pudimos resistir a probar los dumplings en un par de sitios. Uno muy recomendable es el My Sweet Home, en Roosevelt Avenue. El sitio es suuuuper limpio y chapurrean el inglés. Los dumplings son totalmente artesanales, tanto la pasta como el relleno. Y los hacen en un mostrador a la vista del cliente, con una maña increíble, por cierto.

My Sweet Home

Después del aperitivo. seguimos con la temática asiática, pero nos trasladamos un poco. Tanto de parada de metro como de cultura. Fuimos a Little India, situada alrededor de la parada de la misma línea Jackson Heights/Roosevelt ave. Saris, bangals, bindis. Y como no, curry. Nos fuimos a comer de verdad, y bueno, creo que todavía me duele la lengua. Cómo picaba joer… Cuando fui a la India tenía claro que había que pedir «no spicy», pero yo que se… pensaba que en NY tendrían la gastronomía adaptada… Muerte por curry en toda regla.

La misma linea de metro lleva hasta el siguiente punto, aunque nosotras nos liamos un poco y cogimos otra… pero llegamos al mismo destino: el PS1. Es otro museo del MoMa, de arte contemporáneo por llamarlo de alguna manera. En realidad, este es el típico museo que demuestra que el Arte, a veces, puede servir como excusa para que una panda de colgados nos hagan creer que trabajan. Y para que otra panda de colgados tengan algún sitio donde poner cara de interesantes. Suerte que era gratis porque si no monto un pifostio. También os digo que las risas que nos echamos fueron mejor que cualquier exposición habida o por haber.

Tanto «arte denuncia» me inspiró, así que os dejo con mi proyecto de videoarte. (Guión y dirección, yo misma. Protagonizado por Medea)

Como véis, las risas que nos echamos fueron mejor que cualquier exposición habida o por haber. Y de todos modos la excursión valió la pena, porque los alrededores son muy interesantes. Hay algunas galerías de arte pequeñitas y nada pedantorras (nada que ver con Chelsea), con gente súper amable. Allí conocimos a una Coreana llamada Jo, afincada en USA, y que va a hacer una breve parada en México para luego trasladarse a Barcelona. Tenía una exposición preciosa en una minigalería, cuyo tema central era la Alegría, que ella desprendía por todos sus poros. Viniendo del PS1 era un soplo de aire fresco. Podéis ver su obra aquí, y si os gusta ir a ver su exposición cuando pare en Barcelona! A nosotras nos pillará un poco lejos, así que la saludáis de mi parte.

Alrededores PS1

Más Alrededores PS1

La tarde/noche la dedicamos a pasear por el East Village y Alphabet City. Nos tomamos una cerveza en el Beauty Bar, donde por 10$ te tomas un martini y te hacen la manicura. Cómo son estos americanos…Concluimos que hay que volver de día, con luz, para hacer fotos. Aunque será una tortura porque nuestros limitados 20 kg de límite y aún más limitado presupuesto hacen complicado pasar por delante de sus tiendecitas sin tirarnos de los pelos.

Y ahora el Bonus Track:

He tardado más de 2h 30m en escribir este post. ¿El motivo? Mientras Laura se duchaba, he visto que teníamos un visitante en el cuarto. Un ratón. En mi cuarto. En mi suelo. En mi… pánico! Como visteis en la foto que colgué hace unos días, la habitación es diminuta y no tenemos ni siquiera armario, así que las maletas están en el suelo con todas nuestras cosas. Cuando Laura ha salido del baño yo he recuperado la movilidad (porque estaba paralizada) y ha ejercido de marido. Mientras yo pasaba de encima de la cama a la escalera de la litera, ella ha vaciado todas las bolsas y escudriñado todos los rincones. Pero yo no lo he hecho tan mal eh! No he gritado, estoy madurando!! De momento sabemos que el bichejo ya no está, y que lo que le había atraído era una magdalena que tenía mi marida (si, yo después de esto me caso) en la mochila. Hemos tirado la magdalena, así que confiemos en el refranero popular: Muerto el perro, muerta la rata. Perdón, la rabia.

Día temático nº1: Harlem

16 Nov

Ayer era domingo, y yo tenía una espinita que quitarme.

En mi anterior visita a NY, no sabría decir por qué, no fui a ver una misa de Gospel. Como a Laura estas cosas le tiran tanto como a mi, hicimos una excursión hasta Harlem para ver una de sus celebraciones dominicales.

La noche anterior habíamos estado buscando iglesias, porque no queríamos asistir a la misa en un sitio megamasificado o muy para guiris. Al final nos decantamos por la Greater Refuge Temple, que era una opción bastante «moderada». La verdad es que los domingos los turistas acuden en manada a Harlem – y no es para menos- y debe ser casi imposible encontrar una iglesia sin ellos, pero en esta os aseguro que la experiencia fué super auténtica. De hecho nos sentimos un poco intrusas y hasta un pelín culpables por estar viendo como espectáculo lo que para esa comunidad forma parte de la vida real. Sólo deciros que en frente nuestro había una mujer que, a parte de la Bíblia, se había traído de casa una pandereta para acompañar las canciones del coro.

No tengo palabras para explicaros la experiencia. A puntito estuve de soltar alguna lagrimilla, porque me invadió la emoción cuando el coro empezó a cantar. Es que es súper emocionante ver cómo convierten su creencia en una fiesta, como te transmiten una energía y un buen rollo que te dura todo el día. Y cómo cantan, madre mía! Si ya habéis ido, sabréis a lo que me refiero.

Como no podíamos hacer fotos dentro, os dejo un ejemplo de lo que se podía ver fuera. Porque tan impresionante era el coro en acción como los modelitos que se gastan las feligresas. Rebonicas.

De punta en blanco

La experiencia vivida nos dió conversación para rato, y abrimos un minidebate sobre las diferentes formas de vivir la religión, que amenizó la llegada a nuestro siguiente topicazo dominguero: El Brunch.

Después de un par de descartes por cutres/llenos/turisteados, acabamos en Melba’s. El sitio, en pleno Harlem, resultó estar lleno de mordernos. Y a parte de otra mesa de 2 turistas, creo que éramos las únicas blancas del lugar.

Melba's

Pedimos un plato de Pollo riquísimo y una tortilla de verduras. Las raciones, pues como todas. Ya me he acostumbrado a los tamaños y no me impresionan. Y claro, como un brunch sin cocktail se queda descafeinado, Laura se pidió un Mellini (Champagne con zumo de melocotón) y yo un Bloody Mary para probarlo. La conclusión es que el Bloody Mary es un error gastronómico aunque quede super bien en las fotos.

Cocktails

A miniKate tampoco le gustó

Resumiendo: el sitio muy bien y el Bloody Mary muy mal.

 

Después de eso, y para bajar la comida, paseamos hasta Central Park. Nos tocaba ver la parte norte, y llegamos hasta el Lago, con el sol cayendo… precioso.

Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir

Como era Domingo había mucha más vida que el otro día. Estaba llenito de gente tocando música, vimos un par de shootings fotográficos, familias jugando, niños aprendiendo a patinar, gente haciendo footing por todas partes… y como era de recibo, hice lo que tenía que hacer: Saltar!!

Saltando en Central Park - vol.2

 

Después nos dimos un paseíto por el Upper West side, que es un barrio mono pero tampoco da para mucho, y nos reservamos para la noche la actividad estrella. El cheesecake!

Eileen's Cheesecake

Este en concreto es del Eileen’s Cheesecake, que está por el Soho. ¿Y por qué este? Pues porque hace algo menos de un mes, me dediqué a investigar cuáles eran los supuestos mejores Cheesecake de la ciudad. Basándome en varios listados diferentes, me curré un excel estupendo para decidir los que teníamos que probar. La lista quedó reducida a 4, y el de Eileen era el tercero. Os puedo asegurar que estaba DE-LI-CIO-SO.

Mañana probamos el Top 1. Estoy salivando.

 

 

 

 

 

 

4 días en la Gran Manzana

13 Nov

Llevo aquí 4 días. Y dan para mucho.

Estoy visitando la ciudad como si fuera la primera vez. Con la misma ansia que hace un año y medio. Creo que podría venir 10 veces, y siempre descubriría cosas nuevas.

Esta ciudad es capaz de tenerte hablando sobre ella 30 minutos, y con sólo girar una esquina dejarte sin palabras. De hacerte recordar momentos que no has vivido en ella. De sentir familiares rincones que nunca antes habías visitado.

Uno de esos lugares mágicos es Coney Island. Lejos de Manhattan, en el extremo sur de Brooklyn, se encuentra este rincón tan difícil de describir. Se dice de él que es kistch, que es tétrico, que es hortera, que es anticuado… Yo no sabría deciros. Sólo sé que merece la pena el trayecto de más de una hora hasta allí.

La montaña rusa de Annie Hall

Saltando en la montaña rusa de Annie Hall

Café para llevar

Otro de los momentos «diferentes» que hemos vivido hasta el momento ha sido presenciar parte del desfile del Veteran’s Day. El día 11 de noviembre es la fecha en que los veteranos de guerra salen a las calles y son vitoreados por los asistentes. Yo no es que sea muy guerrillera, pero como esto es once-in-a-lifetime, pues a primera fila con banderita americana y todo. Las sensaciones percibidas, muy extrañas.  La gente se dirigía a los veteranos (a esos que había estado en la guerra del Vietnam, en Irak, en la IIGuerra Mundial, en Afghanistán…) con palabras de agradecimiento y con mucha emoción, y la mezcla de sentir simultáneamente miedo y ternura me puso la piel de gallina.

Chavalines en el Veteran's Day

Mini-Misses con sonrisa perpetua y fotos de difuntos. Bizarro.

Estos deben ser marines... no?

También ha sido precioso (re)descubrir Central Park de otro color. Yo lo conocía en Abril, verde y rosa y precioso. Y ahora lo he visto amarillo, rojo, marrón, y tan bonito como entonces. Debe faltar poco para que caigan las hojas y le den otro aire, aunque seguro que con los pantones renovados no pierde ni un ápice de su elegancia.

Otoño en Central Park

Solazo en el parque

por los suelos, para variar 🙂

Y a parte de eso, quiero destacar que estoy súper integrada. Y sino mirad cómo zampo hot dogs camuflándome entre las masas (en el sentido más literal de la palabra) americanas:

Nathan's Famous Hot Dog

Nathan's Famous Hot Dog

Me encanta la gran manzana. Y quiero vivir en Bedford Street.